Conferencia sobre fisionomía animal y humana en el arte

En el salón de actos del Colegio Oficial de Veterinarios de Granada y organizado
por la Real Academia de Ciencias Veterinarias de Andalucía Oriental, tenía lugar el día 25 de octubre la segunda sesión del Ciclo “Los animales en las bellas artes”, en la que Pedro A. Galera Andreu, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Jaén, pronunciaba una conferencia bajo el título “Fisionomía animal y humana. Paralelismos. Una tentación del Clasicismo humanista”.
Tras la correspondiente laudatio, ofrecida por el presidente de la Corporación, el conferenciante comenzaba su intervención destacando cómo los estudios fisionómicos fueron de gran interés en la cultura occidental, durante toda la Edad Moderna e incluso hasta fechas muy recientes, mayoritariamente ligados a cuestiones psicológicas, en tanto
que manifestaciones del temperamento humano a través de los rasgos físicos del rostro sobre todo. Pero si esta deriva sicológica, acentuada con el análisis de las “pasiones” a partir del Barroco, llegó a alcanzar peligrosas clasificaciones tipológicas reduccionistas, aplicadas por los cuerpos de seguridad hasta principios del siglo XX, la visión del tema en la fase inicial del periodo histórico, es decir, en el siglo XVI, en la llamada Edad del Humanismo, era más amplia e integradora dentro del principio rector de la Naturaleza con el que los clásicos humanistas interpretaban el mundo.
De este modo es como a fines del Quinientos se publicaba en Italia “Della Fisonomia dell´uomo”, del napolitano
Giovani Battista Della Porta (primera edición,1586, en cuatro libros), que a partir de 1599 quedará dividida en seis libros en los que se abordan los paralelismos entre los caracteres humanos, a partir de los rasgos físicos, y su semejanza con la de ciertos animales partiendo de las observaciones ya hechas en la Antigüedad, sobre todo por Platón y Aristóteles, pero ampliado y corregido con sus propias reflexiones, a través de un detallado análisis comparativo de la cabeza, el rostro y los distintos órganos que lo conforman (ojos, nariz, oídos etc.), pero también
por los movimientos y estructura corporal.
Para un mayor convencimiento –y lo que sin duda le dio mayor éxito a esta obra- fue la nueva versión que en 1610 vería la luz, ilustrada con dibujos que se disponen en paralelo que representan las fisonomías animal y humana, siendo esta versión la que se ha utilizado para la conferencia. El acto se cerraba con una calurosa ovación de los asistentes.