Conferencia: “Día de perros y poesía” en Málaga

Organizado por la Real Academia de Ciencias Veterinarias de Andalucía Oriental y dentro del ciclo de conferencias “Los animales en las Bellas Artes”, el viernes día 21 de noviembre de 2014 a las 19.30 horas, se celebró en el salón de actos del Colegio de Veterinarios de Málaga el acto en el que Antonio Chicharro Chamorro, catedrático de Teoría de la Literatura comparada de la UGRA y presidente de la Academia de Bellas Letras de Granada, pronunció la conferencia “Día de perros y poesía”.
El hecho de haber hablado del perro en la poesía dentro de este ciclo, ha resultado poco menos que obligado dada no sólo su alta presencia en textos literarios, sino sobre todo por la importancia de este animal para los seres humanos y, en consecuencia, por su importancia cualitativa de la que hay un largo e inequívoco rastro en la literatura, el discurso de la conciencia materializado en palabras con un propósito estético.El conferenciante, que hizo un repaso por algunos sobresalientes poemas de autores españoles contemporáneos, trató de responder a las preguntas de por qué son tantos los poetas que usan lafigura del perro cuando tratan de asuntos de tanta trascendencia como el sentido de la vida más auténtica, la amistad más pura, la soledad, la desolación o la muerte -el gran tema de toda literatura-, así como si supone una contradicción acudir a un animal como éste, un peldaño por debajo de los seres humanos en la escala evolutiva, para tan altos propósitos poéticos.Su conclusión es que el perro es un animal de gran poder de simbolización y, tal como se pudo comprobar, ha llegado a servir de espejo en el que la voz poética logra proyectarse, de modo que cuando se habla de perros en poesía, al menos en las muestras seleccionadas, se está hablando de algo bien distinto a ese animal nuestro, se habla de la conciencia humana en toda su amplitud y complejidad, lo que demuestra cuán importante es en nuestra cultura la figura del perro capaz de simbolizar lo más alto y lo más bajo de la misma.
El conferenciante concluía su ponencia recitando el poema que Alberti dedicó a su perro “Niebla”:
A Niebla, mi perro
“Niebla”, tú no comprendes: lo cantan tus orejas,
el tabaco inocente, tonto de tu mirada,
los largos resplandores que por el monte dejas
al saltar, rayo tierno de brizna despeinada.
Mira esos perros turbios, huérfanos, reservados,
que de improviso surgen de las rotas neblinas
arrastrar en sus tímidos pasos desorientados
todo el terror reciente de su casa en ruinas.
A pesar de esos coches fugaces, sin cortejo,
que transportan la muerte en un cajón desnudo,
de ese niño que observa lo mismo que un festejo
la batalla en el aire, que asesinarle pudo.
A pesar del mejor compañero perdido,
de mi más tristísima familia que no entiende
lo que yo más quisiera que hubiera comprendido,
y a pesar del amigo que deserta y nos vende.
“Niebla”, mi camarada,
aunque tú no lo sabes, nos queda todavía,
en medio de esta heroica pena bombardeada,
la fe, que es alegría, alegría, alegría.